La ansiedad por separación en niños se produce cuando los pequeños sienten miedo a alejarse de sus figuras de apego. Es una fase a la que la mayoría de los padres han tenido que hacer frente, con diferentes niveles de intensidad. No es fácil de manejar, especialmente por el sentimiento de culpa que genera en algunos progenitores. Es importante diferenciar la angustia del niño al separarse del adulto, con el que se siente protegido, de un posible trastorno de ansiedad por separación. ¿Quieres ayudar a tu hijo? Te damos los mejores consejos, de la mano de una experta psicóloga.
Índice de contenidos
- ¿Qué es la ansiedad por separación en niños?
- ¿Cómo se manifiesta la ansiedad por separación en niños?
- ¿Qué es la escucha activa?
- Consejos prácticos para padres frente a la ansiedad por separación en niños
- ¿Cómo diferenciar la ansiedad por separación de un posible trastorno de ansiedad?
- ¿Cuándo se diagnostica un trastorno de ansiedad por separación en niños?
- ¿Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad por separación?
- ¿Cómo tratar el trastorno de ansiedad por separación en niños?
- ¿Cómo diferenciar el trastorno de ansiedad por separación de otros posibles trastornos?
¿Qué es la ansiedad por separación en niños?
La ansiedad por separación en niños se produce generalmente a partir de los 8 meses de edad. Es una etapa que se intensifica entre los 12 a 18 meses, para ir desapareciendo hacia los tres años. Coincide con posibles situaciones desencadenantes: la vuelta de la madre al trabajo tras la baja de maternidad, el periodo de adaptación del bebé a la guardería o un cambio de niñera.
La ansiedad por separación en niños se presenta cuando los pequeños se separan de sus figuras de apego. Esta angustia por la separación se manifiesta en forma de llanto, rabieta, gritos o protestas intensas. El desencadenante es el miedo del niño a alejarse del adulto con el que se siente protegido y seguro. Es decir, el temor a perder a la figura de apego.
Esta etapa, en el desarrollo del niño, es totalmente natural y transitoria. Sin dramatizar, los padres pueden proporcionar el apoyo adecuado a su hijo. Sin embargo, cuando la ansiedad por separación en niños es recurrente puede representar un problema. Si el nivel de ansiedad es elevado y los períodos de angustia se prolongan en el tiempo, es recomendable acudir a la consulta de un especialista.
Mientras que el llanto por empezar la guardería o la escuela es completamente normal, hay otra serie de síntomas que sí pueden indicar la aparición de un posible trastorno. El rechazo a la escuela, problemas de sueño o un excesivo estrés a la hora de la separación, pueden afectar seriamente a las rutinas diarias del niño.
Para entender mejor cómo se produce la angustia de la separación, es importante saber qué importancia tienen en los hijos las figuras de apego. Analizamos este concepto de la mano de Amelia Muñoz Ugalde, psicóloga clínica y psicoterapeuta experta en familia.
¿Qué es el apego?
«El apego es un lazo efectivo intenso y duradero, que se genera en el niño con personas significativas de su entorno. Este lazo afectivo es muy importante porque influirá en la personalidad del pequeño en la edad adulta. El objetivo principal de la búsqueda del apego es sentirse protegido y seguro. Es la figura en la que encuentran consuelo ante momentos de temor o tristeza. De esta forma, se favorece la autoestima y la seguridad en el menor, mediante la comunicación emocional y la empatía. Cuando el niño tiene que enfrentarse a la separación de la figura de apego, puede manifestar ansiedad y sensación de abandono ante la pérdida».
Tipos de apego en el niño
«Existen tres tipos de apego, según el grado de seguridad que muestran los niños con su madre. Es importante diferenciarlos para después entender qué es un apego correcto. La seguridad es valorada a través de:
- La facilidad con la que el niño explora ambientes nuevos de presencia-ausencia de la madre.
- El éxito con que la madre consuela al niño.
- Las conductas de proximidad y contacto que adopta el niño después de situaciones estresantes.
Los tres tipos de apego son:
- Apego seguro: La madre percibe, interpreta y responde adecuadamente a las demandas del niño. La relación es cálida y la madre emite respuestas coherentes. Los niños con un apego seguro suelen ser sociables con desconocidos cuando la madre está presente.
- Apego inseguro evitativo: El niño no parece molesto por la ausencia de la madre y tiende a evitar o ignorar a los padres. Los padres son rechazantes. Los niños tienden a ser desconfiados con extraños, incluso cuando la figura de apego está presente.
- Apego inseguro ambivalente: La madre no es base de seguridad. El interés del bebé por la exploración es bajo, toleran mal el estrés y se muestran ansiosos en la separación. Cuando vuelve la figura de apego, se muestran ambivalentes, oscilando entre el deseo de contacto y la angustia de separación por un lado, y el rechazo por otro. Las respuestas de los padres son incoherentes y están menos disponibles».
¿Cómo es el desarrollo del apego en el niño?
«El desarrollo del apego en el niño consta de cuatro fases:
- Desde el nacimiento hasta los 3 meses: el adulto que atiende las necesidades básicas del bebé se convierte en la figura de referencia. El niño mostrará una mayor preferencia por los padres, especialmente la madre. Reaccionará ante estímulos como sus voces o su presencia.
- De los 3 a los 5 meses de vida: el bebé comienza a reconocer las figuras de apego en sus cuidadores. Crea un vínculo afectivo con aquellos adultos con los que pasa más tiempo. En esta etapa reconoce voces, caras y olores de aquellas personas con las que se siente seguro. Aunque no rechaza a los extraños, su comportamiento es distinto con las figuras de apego: sonríe, intenta vocalizar, para de llorar…
- Entre los 6 y 12 meses: el bebé comienza a rechazar a los desconocidos. La separación de la figura de apego produce una clara protesta y le genera ansiedad. Cuando el adulto de referencia regresa, se tranquiliza. Es en esta etapa cuando puede surgir la ansiedad por la separación de forma más intensa.
- A partir del año de vida: en esta etapa el niño comienza a andar, hablar y desarrollar su propia personalidad. El bebé va ganando autonomía, ya ha establecido el vínculo de apego y es capaz de ser más independiente. También en esta fase empieza a regularse emocionalmente, siempre con la ayuda de un cuidador de referencia.
- Entre los 3 y 4 años de edad, coincidiendo con la etapa escolar, el niño tiene una mayor capacidad de control de los impulsos. Podrá afrontar las separaciones si la estructura de apego se ha consolidado sobre una base segura».
¿Qué significa tener un apego correcto?
«Cuando los niños y niñas se sienten seguros, su relación con los demás es mucho más cercana. Son capaces de entender mejor cuáles son los peligros e intentan afrontarlos. Procuran entender qué emociones sienten y por qué las sienten. En cambio, cuando el apego no es seguro, tienen muchas más dificultades para relacionarse con los demás. Pueden hacerlo con miedo, pensando que pueden sufrir algún daño o sentir cierto recelo.
Por otro lado, el apego de tipo evitativo, del que hemos hablado anteriormente, genera una enorme inseguridad. Son niños que se sienten autosuficientes y que no tienen necesidad de relacionarse con los demás».
¿Cómo afecta al apego la cantidad de tiempo que pasamos con los hijos?
«Es mucho más importante la calidad que la cantidad de tiempo que pasamos con los hijos. Para crear un apego seguro y correcto hay que ofrecerles: cariño, comprensión, ayuda a regular sus emociones y acompañarles en el proceso de sociabilización. En el caso de que tuviéramos que buscar cuidadora, es importante elegir a una persona que sea afectuosa y cercana. No sólo es necesario indicarle cuáles son las funciones de una niñera, sino también cómo dar afecto al bebé.
Por ejemplo, si el niño tiene dificultades para dormir, es importante que le acompañe. Indicaciones específicas como el tipo de juegos que le gustan a los niños, los cuentos que prefiere o cuál es su juguete favorito pueden hacer que el pequeño se sienta mejor. Todo ello repercutirá en la aparición de un apego seguro».
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¿Cómo afecta el apego en la edad adulta?
«Muchos de los problemas que tratamos en consulta, como la ansiedad o depresión, están relacionados con el apego en la etapa infantil. Un apego seguro en la infancia tiene como consecuencia una mayor seguridad y autoestima en el niño. Cuando el apego no ha sido el adecuado, las personas se sienten inseguras, tienen dificultades para saber expresar los afectos y se pueden sentir incluso incómodas ante situaciones de intimidad con otras personas».
¿Cómo se manifiesta la ansiedad por separación en niños?
«La separación de la figura de apego provoca el miedo al abandono, que es el primer gran temor que un niño pequeño puede experimentar. El pequeño puede manifestar ansiedad ante el regreso de la madre o la figura de apego de diferentes maneras».
El bebé llora cuando la madre se va
«Algunos niños ritualizan los gritos desesperados y los llantos cuando la madre menciona irse al trabajo. Todas estas actitudes se producen de forma repetitiva. Una madre que se despide varias veces, y que muestra una actitud triste durante la separación, no beneficia en nada a su hijo».
El niño no quiere estar con la niñera
«Otros niños se niegan a mantener cualquier contacto con la niñera. Pueden también rechazar realizar actividades con ella o intentar escapar de los espacios permitidos. Pueden salir corriendo, siendo perseguidos por la cuidadora o incluso agredirla».
Cuando el niño experimenta una regresión en su desarrollo
«Pueden surgir en el niño actitudes regresivas. Por ejemplo, algunos niños que ya han superado la edad para dejar el pañal, comienzan a orinarse. Otros padres que ya han conseguido quitar el chupete a su hijo ven cómo quieren volver a usarlo, o no quieren dormir, tienen muchos caprichos o no quieren comer … Todas estas actitudes se pueden dar de forma conjunta o separadamente.
Cuando todos estos comportamientos se manifiestan de forma transitoria y leve, no debemos preocuparnos. De hecho, podemos interpretarlos simplemente como una dificultad temporal para adaptarse a la nueva situación. Sin embargo, las figuras adultas que cuidan del niño deben vigilar este tipo de comportamientos y darles la importancia que se merecen. Es necesario encontrar estrategias para facilitar una evolución positiva», explica Amelia Muñoz.
Entonces, ¿qué hacer? «Lo primero que se debe hacer es poner en práctica una actitud de escucha activa del niño».
¿Qué es la escucha activa?
«Los padres que permiten que su hijo adquiera autonomía asumen un papel fundamental en el proceso de separación y adaptación positiva a las nuevas situaciones. Lo importante es que puedan transmitir protección, a la vez que confianza en la propia capacidad del niño. Deben tranquilizarle y ayudarle a contener las emociones negativas que surgirán inevitablemente en este delicado momento evolutivo.
El adulto debe escuchar las necesidades y expresiones de incomodidad del niño, evitando proyectar sobre él su estado emocional y sus propias expectativas. En el momento real de la separación, será fundamental hablarle al niño con tono calmado y con términos simples y claros, para que entienda la situación a la que se enfrenta.
Los ingredientes esenciales son una estimulación positiva. La tarea de todo educador (padre, niñera, maestra) no es preparar el camino, sino acompañar al niño en ese camino de crecimiento. Ayudándole a manejar sus miedos poco a poco.
De esta manera, la ansiedad por separación en niños será superada gradualmente. Se trata de ayudar a los pequeños a dar un paso más hacia su propia autonomía y seguridad. Un último consejo: hay que hablar de esta fase a las personas que cuidan del niño: abuelos o niñera. Una estrategia compartida entre todas las figuras cuidadoras le ayudará a superar la ansiedad y el miedo más rápido».
Consejos prácticos para padres frente a la ansiedad por separación en niños
Hay varias estrategias que los padres pueden poner en marcha para ayudar a sus hijos frente a la ansiedad por la separación. Los progenitores juegan un papel muy importante en la independencia del niño. Pon en práctica estos consejos para ayudar a tu hijo a adquirir autonomía y seguridad en sí mismo:
- Acostumbra al niño desde pequeño a ser cuidado por otros adultos además de los padres. Comienza a «entrenarle» con pequeños periodos de separación, dejándolo con los abuelos por ejemplo. Cuando esté acostumbrado a periodos más largos, puedes probar con una canguro o niñera en casa.
- Sigue una rutina diaria para ir al colegio o la guardería: llegar pronto, habla o juega con tu hijo en el patio antes de entrar en clase, da margen para que se relaje y habitúe al entorno. Despídete de forma rápida, con alegría y sin dramatización. Recuérdale que os veréis después de la comida.
- Crear juntos en casa unas tarjetas con pensamientos positivos que le genere la escuela o la guardería. Dibujar en las tarjetas en el caso de que todavía no haya aprendido a escribir. Es importante que siempre lleve estas tarjetas en su mochila.
- Puede ser beneficioso para el niño llevar algún objeto que le dé seguridad (su peluche favorito o algún objeto «mágico»).
- Establece y respeta unas rutinas muy específicas de horarios para despertarse, comidas e irse a dormir. Evita el estrés o las prisas en cualquiera de los desplazamientos a la escuela.
- Empatiza con tu hijo, habla con él sobre sus preocupaciones y acentúa los progresos que ha hecho.
¿Cómo diferenciar la ansiedad por separación de un posible trastorno de ansiedad?
El término «ansiedad por la separación» se suele utilizar en la etapa infantil para definir el desasosiego que siente el niño al separarse de la figura de apego. Se trata de una etapa en el desarrollo del niño totalmente normal y muy común. Hay formas de ayudar al niño a ir reduciendo esos niveles de ansiedad y acostumbrarle a pequeños periodos de separación, cada vez más largos.
Sin embargo, cuando esta ansiedad por la separación en niños se prolonga en el tiempo y se repite de forma recurrente, puede convertirse en un trastorno. Especialmente cuando afecta, de forma patente, a la vida del niño. Según el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales, el trastorno de ansiedad por separación es el más común de los trastornos de tipo ansioso en niños menores de 12 años.
El trastorno de ansiedad por separación en niños se define como el miedo o ansiedad excesivos a la separación del hogar o de las figuras de apego. En estos caso, el nivel de angustia del niño es muy superior a lo que se corresponde con su nivel de desarrollo.
¿Cuándo se diagnostica un trastorno de ansiedad por separación en niños?
El trastorno por ansiedad por separación en niños se diagnostica como un problema psicológico. Sólo un especialista podrá valorar la aparición de un posible trastorno. Se produce cuando el pequeño presenta una ansiedad o miedo excesivos y recurrentes ante la separación de las figuras de apego. Influye también en su diagnóstico la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño, así como las posibles situaciones en las que se presente la sintomatología.
Para diagnosticar la aparición de un posible trastorno por ansiedad de separación en niños se tiene en cuenta:
- La edad del niño.
- Intensidad y duración de los síntomas.
- Causas por las que se producen los síntomas.
- En qué medida los síntomas afectan al niño en su desarrollo diario.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad por separación?
¿Cómo saber si nuestro hijo presenta síntomas asociados con un posible trastorno? ¿Cuándo valorar la posible intervención de un psicólogo infantil? Si se presentan estos síntomas por un periodo superior a un mes, de forma continua, es recomendable buscar la ayuda de un especialista:
- Miedo excesivo del niño a estar solo o en lugares en los que no se encuentre la figura de apego.
- Esta ansiedad se manifiesta de forma repetitiva y muy intensa. Se puede producir en el momento de la separación o en los momentos previos, cuando ya sabe que se va a producir.
- Rechazo de forma continuada a salir fuera de casa por temor a la separación. El niño puede negarse a ir a la escuela o a hacer otras actividades, por temor a separarse de la figura de apego.
- Alteración de los patrones de sueño: dificultad para dormirse o para continuar durmiendo. El sueño puede ser inquieto e insatisfactorio, con pesadillas o sobresaltos de forma recurrente.
- El trastorno de ansiedad por separación en niños puede tener síntomas físicos: dolores de cabeza, estómago, vómitos, entre otros.
Los niños que sufren un trastorno de ansiedad por separación tienden a:
- Estar junto a sus padres constantemente, incluso en el hogar familiar.
- Tienen dificultades para jugar o estar solos jugando.
- Presentan problemas para dormirse y necesitan la figura de apego para conciliar el sueño. Van a la cama de los padres si se despiertan.
Cuando estos síntomas alteran el funcionamiento diario del niño, es importante darles la importancia que merecen. Consultar a un profesional a tiempo puede evitar problemas mayores en un futuro.
¿Cómo tratar el trastorno de ansiedad por separación en niños?
En la mayoría de las ocasiones, el trastorno de ansiedad por separación, viene determinado por la falta de seguridad y autonomía del niño. Cuando el pequeño tiene seguridad en sí mismo, es más fácil que se enfrente a situaciones de distanciamiento de las figuras de apego. Es fundamental que el niño tenga confianza en sí mismo y en su capacidad para superar esas dificultades. Sólo los adultos pueden transmitirle esa confianza, por eso se deben implicar de lleno en el proceso de ayuda al niño.
¿Cómo tratar el trastorno de ansiedad por separación de la mano de un especialista?
- Se debe realizar un primer análisis de la dinámica familiar del niño y una evaluación de su desarrollo. En el tratamiento se debe implicar a los padres y cuidadores. Sabiendo en qué etapa evolutiva se encuentra el pequeño, será más fácil entender qué siente cuando se alejan sus figuras de apego.
- Es fundamental que el niño comprenda que cuando papá y mamá se van de casa, volverán. El pequeño debe sentir esa tranquilidad e interiorizar que la separación es algo temporal.
- El niño debe ser capaz de enfrentarse a pequeños periodos de separación de cada vez mayor duración. A modo de entrenamiento, los padres deben ayudarle en este proceso en el que el pequeño se enfrentará al distanciamiento.
- No sólo el niño, sino también los padres o cuidadores, deben «aprender a separarse». La respuesta del adulto ante el distanciamiento es fundamental. Una actitud tranquila, positiva y alegre frente a la separación ayudará al niño a interiorizar que no tiene nada que temer.
Tipos de terapia frente al trastorno de ansiedad por separación en niños
Encontrar un psicoterapeuta infantil especializado es el primer paso para ayudar a tu hijo. Hay diferentes tipos de psicoterapia que pueden ser efectivos a la hora de tratar el trastorno de ansiedad por separación en niños.
- Terapia cognitivo conductual: es el primer tipo de psicoterapia recomendada para el tratamiento del trastorno por ansiedad por separación en niños. A través de esta terapia, los niños aprenden a reconocer la ansiedad y sus respuestas físicas a esos pensamientos de angustia. Aprenden también a identificar los desencadenantes de esas reacciones. A través de una serie de técnicas, los niños adquieren estrategias para manejar la angustia y ansiedad, así como a controlar sus emociones.
- Terapia familiar: los resultados de la terapia pueden mejorar cuando se incorpora a otros miembros de la familia. Los padres, e incluso los hermanos, pueden aprender nuevas formar de actuar con el niño y advertir sus pautas de comportamiento. También pueden adquirir estrategias útiles para ayudarle frente a una situación de ansiedad.
- El juego como terapia: los niños más pequeños pueden tener dificultades para seguir las terapia cognitivo conductual. Todavía es difícil para ellos entender la conexión entre sus pensamientos, emociones y acciones. Para estos niños, la terapia de juego les puede ayudar a mostrar y gestionar sus emociones.
Por otro lado, es necesario enseñar al niño a saber relajarse para gestionar el trastorno de ansiedad por separación. Saber respirar, relajar progresivamente los músculos, puede ayudar a los niños a combatir periodos de ansiedad.
Si los síntomas del trastorno de ansiedad por separación en niños continúan durante el tratamiento, puede ser necesaria la ayuda de medicación. Si el pequeño sigue teniendo dificultades para ir al colegio o incluso salir de casa, la ayuda de fármacos puede ser necesaria. Sólo un psiquiatra infantil puede recetar dicha medicación, ya que puede conllevar toda una serie de efectos secundarios.
¿Cómo diferenciar el trastorno de ansiedad por separación de otros posibles trastornos?
No hay que confundir el trastorno de ansiedad por separación en niños con otros posibles trastornos. Como hemos explicado anteriormente, el diagnóstico siempre debe realizarse por parte de un especialista. Es necesaria una valoración completa del menor junto con una evaluación de la dinámica familiar. Por lo tanto, es esencial que los padres y cuidadores estén implicados en todo este proceso.
Muchas veces, el trastorno de ansiedad por separación en niños puede ser confundido con otro tipo de trastornos cuyos síntomas pueden ser parecidos:
- Fobia o rechazo escolar: puede estar producido por problemas de sociabilización u otras circunstancias, no relacionadas directamente con el miedo a la separación de la figura de apego.
- Trastornos del desarrollo en el niño.
- Trastornos de tipo psicótico: su aparición suele ser más tardía, además sus síntomas no tienen nada que ver con los del trastorno por la separación (delirios, alucinaciones, habla desorganizada, capacidad alterada del desempeño).
- Un trastorno de ansiedad generalizado: se presenta no sólo ante situaciones de separación de las figuras de apego.
- Trastorno negativista desafiante: no se debe confundir con el trastorno de ansiedad por separación, en el que también hay una rotunda negativa del niño para evitar el distanciamiento. Esta conducta desafiante del niño se reproduce en otra serie de situaciones.
Como conclusión es importante insistir en que el trastorno por ansiedad de la separación es un trastorno psicológico como tal. Nunca debe ser confundido con la ansiedad por separación propia de una etapa de desarrollo del niño. El miedo a distanciarse de la figura de apego es totalmente normal. Sólo cuando los niveles de ansiedad son muy intensos, alteran las rutinas cotidianas del niño y se prolongan en el tiempo, se puede pensar en la aparición de un posible trastorno.
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