Abrazos para empezar el día, la técnica de una profesora para inculcar el cariño en las aulas
Abrazos, besos y cariño… mucho cariño. Así empiezan la jornada, cada mañana, los alumnos de la escuela infantil de Keene, en Texas. Su profesora ideó un método para que en las aulas los alumnos fueran cariñosos y amables entre ellos. Todos los días, elige a un anfitrión para recibir a sus compañeros con enormes muestras de afecto. Un método sencillo, pero muy efectivo, que fascina a los niños y cuyas imágenes ya han dado la vuelta al mundo.
Ashley Coston Taylor, una profesora de la escuela infantil Keene, de Texas, jamás pensó que su iniciativa tendría tanta repercusión. El vídeo, en el que muestra el método que aplica con sus alumnos, se ha convertido en viral en apenas unos días.
Esta maestra norteamericana quería que sus alumnos aprendieran la importancia de la empatía, de la comprensión y la amabilidad con los demás. Taylor tenía claro que todos estos valores se deben trabajar desde los primeros años de vida del niño. ¿Por qué no hacerlo con abrazos y demostraciones de afecto? ¿Y qué mejor que a primera hora de la mañana?
El vídeo que colgó en Facebook ya ha sido visto por más de 240 mil personas. Junto a la tierna escena, un texto que ha inspirado tanto a profesores como padres. «Cuando veo a dónde se dirige el mundo, me recuerda que lo estoy haciendo marcará la diferencia» Junto al texto, tres hashtags llenos de significado: «amo a mis pequeños», «la mejor forma de empezar el día«, «nunca demasiado pequeños para tener buenos modales».
El anfitrión de la clase recibe a sus compañeros con abrazos
En el vídeo se puede ver cómo uno de los alumnos espera junto a la puerta de clase para dar los buenos días a sus compañeros. Los niños se dan la mano o intercambian abrazos. El cariño y la positividad inunda toda la escena.
“Todos los días un alumno actúa como invitado y se sitúa en la puerta del aula. A continuación, los demás se ponen en fila para darle la bienvenida, con un apretón de manos o un abrazo antes de comenzar las clases. Esto es algo que hacemos todas las mañanas para empezar la jornada escolar con buen pie”, ha explicado la profesora a varios medios norteamericanos. “Lo más importante es que esta conducta la van a poder usar toda su vida ¡He incluso puede que se vuelvan mejores personas!», insiste Taylor.
El objetivo es hacer del saludo y los abrazos un hábito, una forma correcta y afectuosa de empezar el día.
La maestra es la primera en dar ejemplo: “Normalmente, soy yo la que comienza dando la bienvenida a los chicos, hasta que ellos cojan confianza. No existe un calendario que indique a qué niño le toca cada día. Primero observo, y luego elijo quién será el encargado”.
El vídeo ha contado con cientos de comentarios positivos. No es de extrañar si tenemos en cuenta el clima de enfrentamiento que se ve en muchas aulas. Sólo en España, uno de cada diez alumnos asegura haber sufrido acoso escolar. Quizá técnicas como ésta sirvan para educar a los niños desde pequeños en el cariño, afecto y respeto. Las bases del comportamiento adulto se forjan durante los primeros años de vida.
El origen de la «técnica de los abrazos»
Esta profesora norteamericana, que lleva casi dos décadas dedicada a la enseñanza, actuó preocupada por la realidad que se vive hoy en día en las aulas y en la sociedad. «¿Serán capaces de recordar lo que aprendieron en la guardería?», se pregunta esta maestra. «Me doy cuenta de que, en comparación con otras clases, mis niños parecen interactuar con sus compañeros mejor, con buenos modales a la vieja usanza y mayor contacto visual«.
«Las masacres en los institutos han abierto los ojos a muchos. Tal vez si estos niños hubieran sentido que tenían a personas de su parte, que se les quería, las cosas hubieran pasado de forma distinta.» Taylor añadía en un medio estadounidense «mis pequeños merecen una clase donde sean aceptados y tengan amigos, y la medida de abrazarse y saludarse al entrar al aula puede ayudarles a darse cuenta de esto».
Lo que dice la ciencia sobre los beneficios de los abrazos
Diversas investigaciones han demostrado los múltiples beneficios de los abrazos en los niños. Un reciente estudio concluye que el contacto físico, como demostración de afecto, tiene como consecuencia un mayor desarrollo cerebral en el niño. Técnicas como el contacto piel con piel desde recién nacidos, o los abrazos continuados de los padres, producen un mejor desarrollo cognitivo de los menores.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, los abrazos reducen la producción de cortisol, la conocida como hormona del estrés.
La ciencia avala por lo tanto la técnica de esta maestra. No es un método complejo, no se trata de hacer una inversión económica, sólo de tener voluntad. Cambiar las cosas poco a poco, paso a paso, sí es posible. Iniciativas como ésta pueden ayudar a poner un granito de arena más para preparar a las nuevas generaciones. ¿Por qué no trasladar esta técnica a los colegios españoles?
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