Cómo convertirte en una buena cuidadora de niños

 

 

 

 

Cualidades de una buena cuidadora de niños

Una de las principales claves para ser una buena cuidadora de niños es cultivar tu capacidad de liderazgo. Al igual que otras habilidades en la vida, todo es cuestión de aprendizaje y práctica. Estos son los factores a tener en cuenta para convertirte en una líder al cuidado de los más pequeños de la casa:

• Sé un modelo de conducta 
• Respeto a la familia para la que trabajas
• Comunicación fluida 
• Motiva a los niños
• Resuelve problemas y toma decisiones

Sé un modelo de conducta para los niños

Un modelo de conducta es aquel que seguirán otras personas. Una buena cuidadora de niños tendrá un comportamiento ejemplar. Piensa que serás el adulto de referencia en ausencia de los padres. Por ejemplo, cuando llegue la hora de comer o preparar la comida, lávate siempre las manos. Podrás ser un modelo a seguir para los más pequeños siguiendo estas pautas:

• Respeta las normas de la casa
• Sigue las instrucciones de los padres
• Ten una actitud positiva
• Saca lo mejor de ti en situaciones difíciles
• Lidera dando ejemplo
• Céntrate en la seguridad de los miembros de la familia
• Muestra entusiasmo en tu trabajo

Respeto de las normas familiares

Una parte muy importante para ser un buen líder es saber qué es lo que se espera de ti. Los padres para los que trabajes, te habrán dado instrucciones concretas sobre cómo manejar determinadas situaciones. Respeta todas estas normas, aunque sean diferentes a las de tu casa. Los niños se sentirán más seguros, felices y se comportarán mejor si sigues sus rutinas habituales.

Respeto de la forma de ser de cada niño

Cada niño es diferente, respétalo como algo especial. Respetando la forma de ser de cada uno y aceptando la diversidad, podrás ser un modelo educativo para los niños a los que cuidas. Estos son los principales aspectos en los que se diferencian:

• Edad y etapa de desarrollo: no fuerces actitudes pensando que cada etapa está asociada a una edad concreta, cada niño tiene su propio ritmo.

• Género: aunque los niños y las niñas se diferencian físicamente y tienen diferentes intereses, no des por sentado que todos actúan de la misma manera y que a todos les gusta lo mismo. A algunas niñas les puede gustar jugar a coches y hay niños a los que les pueden encantar las muñecas. Ten en cuenta que hay actividades como leer cuentos que les gustan a la mayoría de niños, independientemente de su género.

• Carácter: los niños pueden actuar de forma diferente ante una misma situación. Unos puede que no se inmuten ante nada, mientras otros no paran de llorar.

• Diferencias culturales: si la familia que te contrata es de otro país, cultura o religión, puede ser una buena oportunidad para aprender. Respeta sus costumbres y aprende de ellas.

• Niños con necesidades especiales: puede haber niños que necesiten silla de ruedas, una alimentación específica o cuidados muy concretos. Sigue cuidadosamente las instrucciones de los padres. Sé paciente, recuerda que su cuerpo o su mente pueden funcionar de forma diferente a la tuya. Para más información, puedes consultar nuestro artículo sobre cuidados especiales para niños discapacitados. 

Cómo comunicarse con los niños

Es fundamental para ser una buena cuidadora de niños, saber escuchar y comunicarse con los más pequeños de la casa. Recuerda estos consejos cuando estés hablando con un niño:

• Comunícate de forma sencilla: Utiliza frases cortas y palabras sencillas que el niño pueda comprender para evitar confusiones.

• Sé positiva: Dile a los niños lo que deben hacer en vez de lo que no deben hacer. Por ejemplo: «Deja el plato en el fregadero», en vez de «No dejes el plato sobre la mesa». 

• Sé directa: Debes explicarles a los niños exactamente si te gusta o no algo que están haciendo. Te ponemos otro ejemplo: «Alicia, me gusta que recojas tus juguetes», en vez de «¡Muy bien!». A los niños les puede resultar complicado entender cómo su comportamiento puede afectar a otros. Por eso es necesario explicarles por qué algo que hacen no te gusta. Por ejemplo: «No me gusta que tires los coches porque puedes hacerte daño y eso me preocupa».

• Muestra educación y respeto: Siempre pide las cosas con un «por favor» y da las «gracias». Recuerda que debes ser un ejemplo para los niños a los que cuidas. No utilices apodos, insultos o burlas con los niños. 

• Mantén siempre la tranquilidad: Habla siempre en un tono calmado, incluso si estás disgustada o enfadada. Si un niño está llorando o gritando, debes decir: «no puedo entenderte si me gritas» o «debes decirme qué te pasa para poder ayudarte».

• Demuestra que escuchas al niño: Si no puedes atender al niño en el mismo momento que te habla, hazle entender que le has escuchado y que atenderás su demanda en breve. Mantén siempre el contacto visual con el niño para hablarle y escucharle. Siéntate para ponerte a su altura o agáchate. Es el denominado método de escucha activa.

Cómo comunicarse con los padres

Una buena cuidadora de niños debe ser también capaz de comunicarse con adultos. El modo en el que hables a los padres puede potenciar tus cualidades e incrementar las posibilidades de que la familia te contrate en una entrevista de trabajo de niñera.  Cuando hables con ellos, sigue los siguientes consejos siendo:

• Positiva. Muestra entusiasmo por tu trabajo. Si alguna vez comentas algún problema con los padres sobre el niño, habla también de sus aspectos positivos y otras cosas que haya hecho bien.
• Específica. Diles exactamente qué días y en qué horario puedes trabajar. Evita términos como «sobre las…» «seguramente» «quizá a las…»
• Honesta. Siempre di la verdad.
• Educada. Trata a los padres con educación y respeto.

Motivación

Un líder utiliza la motivación para conseguir que otros le sigan. Estos son algunos consejos que puedes seguir para motivar a los niños a los que cuidas:

• Haz críticas constructivas y positivas. Comunica a los niños que se están comportando bien y reconoce su esfuerzo. El refuerzo positivo es fundamental, se sentirán bien consigo mismos y se comportarán mejor. Cuando se comporten mal, diles qué tienen que hacer para portarse bien, en vez de decirles qué es lo que están haciendo mal.

• Sé original. Usa tu creatividad cuando empiecen los problemas. No caigas en la rutina, cada niño es diferente y cada día debe serlo también. Debes ser proactiva.

• Ten un propósito. Trabajar de niñera no debe ser algo improvisado. Piensa en actividades, juegos y nuevas dinámicas con antelación. Debes favorecer el desarrollo psicomotor y social de los niños a diario. Establece límites, enséñales el significado de la palabra «no» y deja claras tus expectativas sobre su comportamiento.

• Sé flexible. Un buen líder debe ser flexible. Así que mientras todo sea seguro y se cumplan las normas familiares, no pasa nada por cambiar de planes.

• Anímales para que cooperen. Cuando sea posible, anima a los niños a participar en la toma de decisiones. Recuerda que es la niñera quien debe decidir, pero si les das a elegir entre dos opciones ellos formarán parte del proceso.

Resuelve problemas y toma decisiones

Un buen líder es aquel que actúa ante situaciones difíciles, quien asume la responsabilidad. Entre otras cosas, los padres han decidido contratarte por este motivo: saber desenvolverte y tomar decisiones. Los progenitores confían en que tomarás las medidas adecuadas en su ausencia. Estos son los pasos a seguir a la hora de actuar, el llamado modelo de resolución de problemas:

• Identificar problemas y establecer prioridades. Debes estar atenta a cualquier cambio en el comportamiento o actuaciones de los niños. Por ejemplo, si están jugando fuera y empieza a llover o si empiezan a jugar de forma agresiva.

• Analizar el problema y sus causas.

• Pensar en posibles soluciones.

• Diseñar un plan de acción.

• Aplicar la solución. Una vez que decidas actuar, toma las riendas de la situación. Toma medidas que sean las adecuadas, siempre respetando la seguridad de los niños y las normas de los padres.

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